Media España está estos días en la playa (la otra media lo estará en agosto). Para garantizar la seguridad de los bañistas, algunos ayuntamientos recurren a empresas externas que dotarán de socorristas los arenales durante la temporada estival. En Gobierto Contratación (contratos.gobierto.es) hemos querido fijarnos en este servicio municipal que se repite verano tras verano, ofreciéndonos algunas pistas sobre los plazos y gestión de la contratación de los ayuntamientos.
A través de nuestro Explorador de datos de contratación pública (puedes solicitar acceso gratuito en este enlace), hemos buscado todas las licitaciones y adjudicaciones de entidades locales en cuyo objeto aparecían las palabras ‘playa’, ‘playas’, ‘salvamento’, ‘socorrismo’ y ‘vigilancia’ en los años 2021 y 2022. Hemos obtenido 143 licitaciones y 145 adjudicaciones, con un volumen de adjudicación cercano a los 45 millones de euros, un presupuesto medio de unos 630.000 euros, un descuento medio por encima del 21% y 2,88 ofertas recibidas de media.
Cruz Roja vigila las playas de ocho localidades
Al analizar las 40 adjudicaciones publicadas hasta la fecha correspondientes a la temporada 2022, observamos que Cruz Roja es la entidad en la que más han confiado los ayuntamientos a la hora de vigilar sus arenales. Ocho consistorios de Cantabria, Valencia y Santa Cruz de Tenerife han otorgado a la entidad benéfica esta responsabilidad a lo largo de este año por un importe total de casi cinco millones de euros. La mayor parte de este dinero (casi 3,6 millones de euros) procede del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, que ha cedido el servicio de salvamento y vigilancia a Cruz Roja para los próximos tres años.
Precisamente, este contrato es el de mayor importe adjudicado durante este año para el servicio de socorrismo de playas. Otros cuatro ayuntamientos han formalizado contratos por encima del millón de euros: Málaga, Manacor, Dénia y Santa Pola. En todos los casos se tratan de contratos plurianuales, entre dos y cuatro años.
28 de estos 40 contratos (70%) se han licitado mediante concurso abierto, cuatro por proceso simplificado y dos mediante el negociado sin publicidad. Los otros seis se corresponden a contratos menores. También cabe destacar que 14 de 36 adjudicaciones (39%) sólo recibieron una única oferta, la ganadora. La licitación con mayor competencia (ocho ofertas) fue la adjudicada por el Ayuntamiento de Málaga por casi 1,9 millones de euros, la segunda de mayor importe de este año. La empresa ganadora gracias a una rebaja del 14,1%, Cooperación 2005 S.L., será la encargada de vigilar las playas malagueñas durante los tres próximos años.
La contratación de estos servicios está condicionada por las necesidades estructurales del servicio. La exigencia de cobertura de grandes playas con una disponibilidad de horarios y personal suficiente hacen que la oferta sea escasa en 4 de cada 10 casos. Esto es la media actual, pero considerando que el verano es un fenómeno estacional repetitivo y con cierta seguridad de repetirse, podría dar lugar a una mayor competencia, sobre todo por el riesgo de tener las playas cerradas (o con la apertura retrasada) en una temporada muy importante para la economía de múltiples municipios.
La primavera, temporada alta de licitación de los servicios de playas
Tras dedicar las últimas semanas a analizar los plazos de la contratación pública, las licitaciones de los servicios de salvamento y socorrismo de las playas nos ofrecen una oportunidad para ver cómo los ayuntamientos gestionan la contratación de servicios estacionales, aquellos que se repiten año tras año en una época determinada. En el caso de los servicios playeros, su ejecución suele concentrarse desde Semana Santa hasta septiembre u octubre, dependiendo del clima de la zona.
Por esta razón, no es de extrañar que la primavera sea la temporada alta de licitación y adjudicación de los servicios de vigilancia y salvamento en las playas. Las licitaciones suelen concentrarse entre marzo y mayo, mientras que el pico de adjudicaciones se retrasa dos meses, especialmente en mayo y junio, justo antes del inicio del verano. Por tanto, las administraciones públicas tardan alrededor de dos meses a la hora de gestionar estas licitaciones, esto es, desde el cierre de ofertas hasta la formalización definitiva del contrato. Si, tal y como hemos visto en nuestro estudio de los plazos de la contratación pública, el período de presentación de ofertas suele situarse entre las dos y tres semanas, estaríamos ante casi tres meses de duración desde el inicio de la licitación hasta la formalización del contrato.
Como se puede apreciar en el gráfico, la vigilancia y salvamento de las playas queda en un ultimísimo plano durante el resto del año para las entidades locales. Esta circunstancia resulta lógica en los casos de adjudicaciones cuyo plazo de ejecución se limite a la temporada actual, pero no tanto en los contratos plurianuales que se prolonguen durante varios años, en los que una adecuada y óptima planificación de la contratación puede suponer un importante ahorro para los ayuntamientos.
Las necesidades temporales y estacionales y la naturaleza repetitiva del objeto podría dar lugar a otras fórmulas de contratación. Por ejemplo, el uso de acuerdos marco podría agilizar de manera importante los plazos de adjudicación y la movilización de la oferta de empresas. Una mayor racionalización puede evitar la falta de competencia que hemos visto en el apartado anterior y la acumulación de adjudicaciones (y trámites previos) en junio que posiblemente compliquen la carga de trabajo de múltiples departamentos de contratación.
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Foto: Foto de Ronnie Overgoor en Unsplash
