La importancia de la contratación pública en la economía de un país hace que la responsabilidad de su ejercicio deba ser exquisita. Lamentablemente, hay un número importante de casos de corrupción asociados a ella. La cantidad de dinero que mueve la contratación, el alto número de contratos que se realizan y su complejidad abren oportunidades para desviar el dinero público hacia fines particulares.
La tecnología es una oportunidad para reducir estas oportunidades de fraude, como señala Gimeno Feliu. La publicidad de los datos, su estructuración y la capacidad de procesarlos debe facilitar la identificación de riesgos de corrupción. Estos indicadores son los que se denominan red flags o banderas rojas y que sirven para prestar atención a esos casos que presentan algún indicio de perversión del proceso.
Sabemos que los datos de contratación pública no son siempre claros o sencillos. A veces están incompletos, otras veces son erróneos y, en muchos casos existe una cantidad datos que no están estructurados y que dificultan un tratamiento automático. Hay experiencias orientadas a la transparencia como esta de Hungría o esta a nivel europeo, pero la parte de gestión suele estar más relacionada con los órganos de supervisión que con los propios órganos gestores de contratación.
En Gobierto hemos empezado a tratar los datos de contratación para poder localizar estas banderas rojas haciendo un análisis de publicacionescomo este artículo de Antonio Arias, este documento de la Universidad de Leon, este de Miguel Ángel Gimeno o este de Javier Vazquez Matilla, además de charlas y consultas con personas especializadas en estos temas. Además os contamos lo que es más difícil de esta tarea y cómo podríamos mejorarlo.
Banderas rojas relacionadas con el procedimiento: la licitación
La licitación es el punto del que tenemos más información gracias a los perfiles del contratante. Hay más datos estructurados de este campo, así que podemos detectar estas banderas rojas:
- Objeto del contrato muy específico. Todo lo que es procesar lenguaje natural es complicado, y más en una disciplina compleja como esta, pero la extensión en palabras puede servir para hacer una pequeña distinción de casos.
- Importe justo por debajo de los límites del Recurso Especial en Materia de Contratación. Igual que se habla mucho de los contratos menores justo al límite, deberíamos hablar de los procedimientos abiertos por debajo del REMC que hace que haya menos probabilidades de interposición de recursos
- Procedimientos sin competencia. Los contratos adjudicados con una sola oferta deberían llamar la atención. En España estos son muy frecuentes y, aunque no indican corrupción tienen más probabilidades de tener alguna irregularidad que los procedimientos con más competencia. Adicionalmente, un riesgo pueden ser acuerdos marco con un solo adjudicatario.
- Reiteración de objetos en el tiempo. Hay muchos contratos que por naturaleza son cíclicos porque la demanda es permanente pero los contratos son finitos en el tiempo. En este caso buscamos contratos con el mismo objeto en la misma organización (o con mínimas variaciones) aunque aplica el mismo problema de procesar el lenguaje natural. Otro indicador más fácil de encontrar es el número de contratos con los mismos CPVs que indiquen un fraccionamiento.
- Lotes simétricos. Cuando encontramos lotes con el mismo importe puede que encontremos una división ficticia
- CPVs inadecuados. Un CPV erróneo puede esconder un contrato que queremos que no se conozca por el público, dado que la mayoría de los sistemas de suscripción utiliza el CPV en lugar del objeto o las palabras clave. Un contrato con un CPV no asociado a la materia del contrato puede pasar del error al fraude en pocos pasos.
- Reclamaciones. Las reclamaciones también pueden servir para detectar posibles irregularidades, dado que las partes interesadas pueden observar comportamientos atípicos. Los perfiles incluyen la documentación de las reclamaciones.
- Periodos de publicidad muy cortos. Aunque la ley es estricta respecto a periodos mínimos de tramitación, el uso de fórmulas que permiten acortarlo puede tener un efecto importante en la competencia. Las diligencias especiales o el uso de los anuncios de información previa, de los que sabemos que el impacto no es especialmente alto en atracción de ofertas, puede reducir de manera importante el número de concurrentes.
- Modificaciones. Las modificaciones del contrato son otro indicador, dado que puede indicar algún tipo de colusión ofreciendo precios más bajos contando con esa modificación, o disuadiendo a terceros de optar a contratos con presupuestos bajos. Las modificaciones también se indican en los perfiles del contratante pero habitualmente como un documento y no de manera estructurada.
Banderas rojas asociadas con el mercado: la colusión
Hay prácticas irregulares que no aparecen en el proceso de licitación pero si en el de competición que se publica en el perfil del contratante. Estas banderas pueden ser:
- Competencia media baja. Cuando la competencia para una serie de contratos de CPVs y objetos similares es consistentemente baja puede indicar una colusión entre operadores económicos.
- Licitaciones atípicas. Diferencias importantes de precios, ofertas o adjudicatarios también puede ser un indicador de riesgo. De nuevo nos encontramos con el problema de que los objetos de los contratos pueden tener acotaciones y terminologías muy diferentes que compliquen la comparación.
- Licitadores repetidos. Que se presenten los de siempre a lo de siempre es otro factor de colusión. Aquí el problema está en que no se publica de manera estructurada el nombre de las empresas ofertantes, así que es muy difícil hacer esto (aunque en Gobierto estamos trabajando con este tema). Dado que hoy en día la gran mayoría de las licitaciones son electrónicas, es sencillo publicarlos de manera diferenciada, así que si alguien con posibilidades lee esto, le estaríamos muy agradecidos.
- Precios inusuales. Los precios raros son otro indicador sospechoso. Licitaciones con adjudicaciones muy próximas al Presupuesto Base de Licitación (especialmente si no hay competencia) o con precios muy bajos respecto a otros similares pueden caer en este caso. También los números redondos son un indicador. Aquí el problema está en la diferencia de dimensiones de los contratos (uno sabe si se compra papel higiénico, pero normalmente hasta que no llegas al pliego no sabes cuánto papel higiénico se compra) para poder comparar. Otro problema es la publicación de adjudicaciones de manera indistinta a veces por precios totales y otras veces por precios unitarios.
- Las UTEs. Las Uniones Temporales de Empresas pueden ser indicadores en un doble sentido. Primero cuando hay solo una oferta de una UTE puede plantearse una posible colaboración entre operadores económicos para “repartírselo crudo” (que es uno de los nombres técnicos de colusión). Esto es más evidente cuando en la UTE se juntan empresas que por sí solas cumplían los requisitos de solvencia esperados. Una vez más tenemos el problema de que los datos de las empresas que conforman la UTE no se publican de manera desestructurada, así que hay que hacer un trabajo importante de hacer esa separación para encontrar UTEs atípicas.
Banderas rojas de la organización: la política de contratación
Hay finalmente unas banderas rojas que solo se pueden apreciar en el contexto de la política de contratación. Cada caso por sí solo parece inocente, pero en su conjunto puede ser un indicio de corrupción. Entre ellos tenemos
- Adjudicatarios repetidos. Que un operador económico gane muchas licitaciones muchas veces con la misma administración.
- Aumentos repentinos de adjudicaciones. Si un operador que no tenía adjudicaciones pasa a tener varias de un año para otro, es otro factor a tener en cuenta.
- Fraccionamiento. Esta es la que nos sabemos todos: muchos contratos en procedimientos que permiten más discrecionalidad (por ejemplo, contratos menores), para romper un contrato que requeriría una mayor supervisión y publicidad (abierto, SARA). Por sí solo no es llamativo, pero con los otros, si.
- Repetición de CPVs con el mismo adjudicatario. Si vemos varios contratos con el mismo CPV al mismo adjudicatario,cabe mirar si hay un fraccionamiento.
Encontrar banderas rojas en Gobierto Contratación
En Gobierto Contratación hemos tratado de utilizar los datos que tenemos para poder ayudar a los responsables de contratación y control a detectar cuando hay un riesgo de una mala práctica. Lo hacemos con estas herramientas:
El explorador de contratos
Cuando buscamos cualquier tipo de licitación en Gobierto Contratación aparecen los datos básicos de esa búsqueda, entre los que destacan el tipo de procedimiento y la competencia, presupuesto, precio y bajas medias. Esto permite hacer una comparación entre los datos de una licitación o contrato con otros similares
Si encontramos que un procedimiento de licitación que hemos sacado como negociado sin publicidad suele hacerse abierto, con más competencia y descuentos más agresivos, tenemos un indicio de que hay que prestar más atención.
Si te interesa comprobar estos datos puedes solicitar la demo del Explorador de datos de contratación pública de Gobierto.
Análisis de entidades
Una segunda herramienta es el análisis de entidades que permite ver la relación entre un operador económico y una administración. Con ella podemos ver el número de contratos que se realizan, el tipo de procedimientos y CPVs asignados y las veces que ha sido adjudicataria con una sola oferta.
Control de riesgos
El último caso supervisa el historial de la organización y muestra el número de adjudicatarios con más de un contrato por año, cuáles repiten procedimiento y CPV y cuántos tienen una sola oferta. Luego podemos hacer una revisión de los contratos de cada adjudicatario
Estos son solo unos pocos indicadores. Estamos trabajando para poder tener una información más completa y orgánica con nuevos indicadores en la línea de lo que hemos comentado en este artículo. El objetivo es crear un contexto en el que los casos de corrupción se reduzcan por la dificultad de poder esconder estas prácticas.
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