Es fantástico que ya tengamos una Ley de Transparencia. Aunque, un momento: ¿por qué hay que obligar por ley a los organismos públicos a ser proactivos en la comunicación de su información? ¿No debería ocurrir por defecto? Dejemos ese tema para otro día.
Tenemos una Ley de Transparencia que obliga a publicar toneladas de datos e indicadores. ¡Bien! Por deformación profesional o tras una exploración superficial de muchas webs oficiales lo siguiente que uno se pregunta es si todos esos datos son todo lo accesibles y usables que deberían. El texto de la ley hace varias referencias a fácil, algunas menos a accesible, y ninguna a usable.
Toda la información será comprensible, de acceso fácil y gratuito y estará a disposición de las personas con discapacidad en una modalidad suministrada por medios o en formatos adecuados de manera que resulten accesibles y comprensibles, conforme al principio de accesibilidad universal y diseño para todos (Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno)
El acceso, la transparencia, no es sólo proporcionar el dato, sino hacerlo en unas condiciones que garanticen que cualquier persona lo pueda entender. ¿Puede un ciudadano no experto en temas legales o administrativos consumir esta información con normalidad?
Si un no-experto tiene dificultad para poder acceder, comprender y por tanto usar los datos, cabe cuestionar si Ley de Transparencia cumple realmente su objetivo. Fiscalizar la publicación de los datos es sencillo; fiscalizar su usabilidad no tanto. La transparencia no es sólo garantizar el acceso a los datos, si no también garantizar la usabilidad de los datos.
Muchos portales de transparencia son listados de enlaces a cientos de documentos PDFs donde reside la información que técnicamente te permite cumplir la ley. Pero muchos de estos documentos serán de difícil consumo para un ciudadano no-experto con lo cual la premisa de accesible y comprensible que dicta la ley no siempre se cumple. Esto no es exclusivo de lo sometido a la Ley de Transparencia. Muchas de nuestras interacciones con la administración son más complejas de lo que deberían.
Esperamos con ansia el día que exista una Ley del Diseño de Servicios que defina unos estándares de uso de la administración. Bueno, en realidad no queremos más leyes: ¡solo que impere el sentido común!
Pensamos que queda mucho trabajo en mejorar la usabilidad de la información oficial para que sea realmente transparente (y en nuestra opinión, por tanto, para que se cumpla le ley).
Hay muchos organismos que también opinan así y han decidido y puesto los recursos (no siempre disponibles) para ir más allá de cumplir por los pelos lo que exige la ley y realmente hacer posible que un ciudadano no-experto pueda acceder y usar la información.
Visualización de Presupuestos de Rivas http://datosabiertos.rivasciudad.es/presupuestos
El objetivo de una Ley de Transparencia debería ser que los ciudadanos puedan acceder y consumir con facilidad, con normalidad, la información que generan las organizaciones públicas. Para que todos sepamos qué ocurre, entendamos mejor cuánto cuestan las cosas, de dónde viene el dinero, a dónde va… Y exijamos con cabeza y con razones, con una visión de contexto, para que lo público sea más eficiente y más equilibrado, y no nos dejemos llevar por declaraciones políticas interesadas y parciales.
En nuestra opinión, muchas organizaciones está cumpliendo con el acceso al dato (publicando esos inhóspitos PDFs), pero no con el acceso a la información. La usabilidad de los datos es la asignatura pendiente para garantizar la transparencia.
Gobierto crea herramientas para que los datos públicos de municipios y otras organizaciones sean más usables, y puedas conectar mejor con tus vecinos. Si eres un municipio, regístrate y te montamos una demo con tus datos.
La usabilidad de los datos y una transparencia útil frente a la transparencia legalista forma parte de nuestros principios de diseño.
